Diez años después: La loca historia que hay tras el retorno de las cámaras Polaroid

Casi todo el mundo sabe lo que es una cámara Polaroid, pero si se le pregunta a alguien que no esté muy al corriente de las novedades fotográficas seguramente no tenga claro si estas cámaras siguen o no existiendo. Como sucede con el caso del gato de Schrödinger la respuesta correcta puede ser un sí o un no.

Aunque muy pronto es posible que nadie dude de su existencia. Porque esta vez sí que vuelven a fabricarse cámaras analógicas instantáneas de Polaroid. Pero hasta llegar aquí hay una larga historia que ha durado 10 años. De hecho una de las más rocambolescas del mundo de la tecnología fotográfica. O mejor dicho: del mundo de la tecnología, sin más.

Se ha dicho en multitud de ocasiones que el ocaso de las polaroids lo provocó la llegada de la fotografía digital. Eso puede ser cierto en el caso Kodak, que obtenía la mayor parte de sus ingresos de vender películ. Pero en realidad no lo es en el caso de Polaroid. Aunque la tecnología de estas cámaras instantáneas fuese analógica, en realidad eso no era lo relevante de ellas. Lo verdaderamente importante era que se podía obtener, como es de sobra conocido, una foto en papel en el acto.

La llegada de cámaras de cierta calidad a los teléfonos móviles si podía tener más repercusión en que estas cámaras se enfrentaran a un problema. Pues el teléfono se convirtió de repente en nuestro principal álbum de fotos. Pero lo cierto es que las polaroids se dejaron de fabricar el mismo año que se presentó el iPhone: en 2007. Antes por tanto del gran estallido de la fotografía móvil.

¿Qué acabó entonces con ellas? Está claro que en un momento en el que todo el mundo quería comprar una cámara digital, cualquier producto fotográfico analógico se enfrentaba a un problema. Aunque sólo fuese porque daba la impresión de estar pasado de moda. Pero ni eso justificaba que se dejasen de producir estas cámaras y sus películas instantáneas.

El problema realmente fue que Polaroid, como toda gran empresa que ha sido gigantesca en algún momento, sólo podía existir vendiendo enormes cantidades de productos. La empresa no supo, o no pudo, adaptarse a sobrevivir con una producción más pequeña y quebró. A partir de entonces la marca fue pasando de mano en mano. Por lo que el logo de estas míticas cámaras terminó en los productos más inverosímiles. Hoy de hecho existen incluso tabletas o gafas Polaroid.

Pero la fotografía analógica se resistía a morir a pesar de quedar abandonada por la industria. En 2008 tres empresarios fundaron una pequeña empresa llamada Impossible Project. Su objetivo era volver a lanzar película instantánea, pero sin la ayuda de lo que quedaba de Polaroid. Contra todo pronóstico lo consiguieron comprando maquinaria de las factorías que se acababan de desmantelar y una fábrica en Holanda.

Aquella primera película de Impossible dejaba mucho que desear. Incluso las fotos terminaban desvaneciéndose con el paso del tiempo. Esto sucedía porque para producir la película original era necesaria una cadena de proveedores que se había esfumado. Así que esas primeras películas de Impossible eran tan tremendamente decepcionantes que casi daban pena.

Poco a poco fueron mejorando, aunque sin lograr nunca igualar a la película original. Además las nuevas películas instantáneas para Polaroid eran, y son, bastante caras. Lo que frenó que la fotografía instantánea volviese a popularizarse. Pues esta se convirtió en un mercado que parecía tocado por la maldición de la exclusividad.

Las cámaras restauradas que vendía Impossible Project llegaron a tener precios desorbitados. Y eso pesar de que bastaba con echar un vistazo a las webs de venta de segunda mano para encontrar polaroids a precio de ganga practicamente nuevas. Al fin y al cabo sigue existiendo un enorme número de unidades a pesar de su desaparición hace 10 años.

Cadena de producción de película Polaroid.
Cadena de producción de película Polaroid. (Polaroid)

Lo curioso es que todo esto sucedía mientras seguía habiendo una gran empresa que vendía cámaras y película instantánea: Fuji. Cuando Polaroid quebró la división de fotografía instantánea de la empresa japonesa estaba reducida a su mínima expresión. Pero quizá al comprobar que lo que parecía una locura por parte de Impossible se estaba convirtiendo poco a poco en un negocio, Fuji decidió probar suerte y lanzó algunos nuevos modelos de cámaras instantáneas analógicas.

Seguramente para su propia sorpresa el experimento salió bastante bien. Tanto que en las navidades de 2016 Amazon comunicó que el producto fotográfico más vendido eran películas instantáneas de Fuji. El éxito de estas cámaras se debe en gran parte a que ni la cámara ni los carretes son demasiado caros.

Además logran reproducir imágenes con un color mejor que las que vende Impossible. Aunque, eso sí, su formato no se corresponde con el de las polaroids. Pues Fuji produce película que da como resultado fotos de un tamaño más pequeño. Aunque también vende algunas con un tamaño similar al de las viejas polaroids, pero esta película debe dispararse con una cámara de gran tamaño.

Muchos también intentaron lanzar cámaras digitales instantáneas. Entre ellos los propietarios de la marca Polaroid. Pero ninguno de estos productos logró ni de lejos igualar el éxito de Fuji con sus cámaras analógicas. Para hacer aún más complejo todo este culebrón en un determinado momento Polaroid llegó a un acuerdo con Fuji para vender una de sus cámaras Instax con el logo de la empresa estadounidense.

La Fuji Instax Mini 70.
La Fuji Instax Mini 70. (Fujifilm)

¿Qué es lo que ha pasado para que volvamos a ver de nuevo cámaras analógicas de Polaroid? La primera pista es que Fuji no tiene nada que ver en esto. La tecnología de estas nuevas cámaras es de Impossible Project que ahora pasa a llamarse empresa sencillamente Polaroid Originals y sus cámaras se ofertan también en la web oficial de Polaroid.

Impossible ya había producido el año pasado una cámara instantánea que costaba 300 dólares, pero el relanzamiento de la marca ahora se hace con una cámara llamada OneStep 2 que es más económica. Se venderá por 119 euros a partir del 19 de octubre. Veremos si finalmente llega a España a tiempo para la campaña de navidad.

La cámara tiene un gran parecido con la Polaroid 600, el modelo quizá más conocido. Pero trae algunas innovaciones. Principalmente unas lentes mejoradas, o al menos eso dice la empresa, y un puerto USB para recargar una batería de litio que le proporciona 60 días de autonomía. Eso sí, no hay más rastro de tecnología digital en esta cámara.

El problema vuelve a ser el precio de la película. Por 16 euros se podrán comprar los cartuchos de ocho fotos de la nueva película i-Type, que al parecer mejora los resultados de las películas de Impossible al no tener que llevar su propia batería incorporada. Se venderán en versiones de color y blanco y negro.

La otra película compatible, que ya producía Impossible, es la 600, cuyo precio es de 19 euros y también contiene ocho fotos. Hay que tener en cuenta que la película Instax Mini de Fuji se vende en Amazon ahora mismo por un precio de 10 euros el cartucho de 10 fotos. Aunque se pueden comprar lotes que rebajan el precio de cada foto hasta los 60 céntimos. Sea como sea algo nos dice que estas nuevas polarois, cuyo aspecto es bastante vistoso, se venderán bien. Aunque, eso sí, se corre el riesgo de que terminen olvidadas en un cajón tras agotar el primer carrete.

F/lavanguardia.com
F/Polaroid
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