En marzo viajará a Nueva York, Estados Unidos, para recibir un Premio ACE como mejor actor|Dimas González: «El teatro debe involucrar al espectador»

«Una película se define en la preproducción, el éxito de lo que va a pasar se define en esa fase», señaló sin dudas Dimas González, quien se prepara desde el quince de marzo para participar en la filmación de Golpe Duro, ópera prima del director Dorian Ortiz.

El reconocido histrión está contento por encontrarse «con alguien en el cine que tenga tanta claridad en lo que quiere y cómo quiere hacer su película, lo que da satisfacción. Golpe Duro es una película bien pensada en todos los sentidos. Es una cinta de mucha acción, será una película que dará mucho que hablar».

González no es un novato en las lides de la actuación, ya que suma 42 años de experiencia en sus sesenta y pico de años de edad, participando en Ha participado en más de 60 películas, 50 cortometrajes y pare usted de contar en piezas teatrales. Ha recibido varios premios nacionales e internacionales. De hecho, este mes de marzo viajará a Nueva York, Estados Unidos, para recibir un Premio ACE como mejor actor.

– ¿Qué es para usted el teatro?

– Considero que el teatro debe ser contundente, reflexivo, profundo, de ideas, para sembrar interrogantes para buscar esa construcción de un camino para el hombre por unos derroteros distintos, que la sirva para vivir más en armonía, en paz con la sociedad y los problemas que vive actualmente.

– Pero se hace teatro de todo tipo…

– Es verdad, se hace teatro de todo tipo, desde el frívolo que buscan las personas que desean la diversión. Considero que eso nos pierde un poco de la sociedad que debemos buscar en estos momentos. Debemos contactarnos con la realidad que vivimos en esta sociedad de una manera distinta.

– ¿Cuál es su propuesta actual?

– Tal vez en una propuesta de hacer un teatro para ver qué pasa con el espectador, que participe, que sienta que tiene la oportunidad de intervenir y cambiar esa manera de hacer teatro en donde nosotros somos los actores y estrellas, mientras el espectador está sentado totalmente pasivo. En este momento y esta realidad actual se debe cambiar el sentido del teatro. El trabajo del actor tiene que ser más comprometido, honesto, más profundo, contactarse con ese espectador. En el nuevo concepto que estoy trabajando, debe ser un participante dentro del espectáculo. La sociedad está demandando una relación más profunda, más auténtica, más horizontal. En el teatro me meto con todo, he hecho de todo: dirijo, actúo, escribo.

– ¿Hay generación de relevo en el teatro nacional?

– Hay muchas cosas que influyen en este momento como la tecnología, el acceso más rápido que tenemos a la información, esto es parte de la formación del ser humano. En nuestra época a nosotros se nos hacía más difícil acceder a cualquier tipo de información, lo que no sucede en la sociedad actual. Lo que si creo que en esta sociedad hay mucha información y poca comunicación.

– ¿Qué le critica a esa generación de relevo?

– Me considero un libre pensador y considero que el arte debe ser contestario en una sociedad. Es un principio, pero otro principio es el respeto al arte, ser humano y ciudadano y cada quien es libre de hacer lo que quiere, investigar lo que quiera y como lo quiera hacer.

– ¿Pero algo no debe gustarle?

– No se puede negar que siempre aparece gente con ideas interesantes, pero en un país que está abrazado por la farándula y el chorizo, normalmente quieren hacer todo rápido. A veces lo primero que me preguntan sobre el taller es si doy credenciales y si sirven para pedir un papel en televisión.

– Siempre el teatro venezolano sube y baja…

– Es normal que eso pase. Actualmente no sabría decir si nuestro teatro está arriba o abajo, porque últimamente me he enclaustrado y encerrado para vivir mis procesos de trabajo, por lo que veo muy poco de lo que se hace. Sin embargo, en una época hace ocho o diez años atrás el teatro venezolano perdió el rumbo por una cantidad de circunstancias y se dejaron de hacer esas cosas que a mi me gustan.

– ¿Una obra de teatro,cine o televisión es un trabajo en equipo?

– Un guión es para guiarse, un texto dramático es para indagar, para hacer propuestas. Si no se hace, el actor y director no tendrían sentido para mi. El dramaturgo se rompe la cabeza para hacer una idea, pero esa idea tiene que ser reforzada por las mano del actor, director, técnicos.

– ¿Una pieza teatral destaca más si tiene una buena inversión?

– No. El teatro tiene esa magia prodigiosa de convertir un imaginario y crear un mundo y un espacio físico, una realidad desde la fantasía. Uno de los principios del Teatro Itinerante de Venezuela siempre fue, y no se me olvida nunca, despojar el escenario de todo accesorio inútil y basar todo el trabajo en la esencia del actor.

– Más de una cuarto de siglo del Teatro Itinerante de Venezuela…

– Hace 26 años. Cuando nosotros nos planteamos formarlo no teníamos dinero ni sala, ni un espacio, ni apoyo. Lo único que teníamos era ganas de hacer teatro, y creo que eso es lo que ha mantenido al grupo. En este momento seguimos sin dinero, sin apoyo, y sin institución que nos fortalezca… pero seguimos haciendo teatro.

– ¿Qué opina de los premios?

– Me sirven para demostrarle a mis alumnos que sí se puede. Tal vez estoy abriendo un camino para algo que ellos ven como imposible. Este viejo de 61 años, que debería estar quemado o retirado, ¡pues acaba de recibir un reconocimiento! Creo que es así porque me actualizo a diario, veo el trabajo como fuerza para conquistar las cosas.

– ¿Se considera buen actor?

– No creo ser talentoso, creo ser un trabajador incansable. A veces el talento hace daño, porque te confías de él y entonces te quedas dormido.

T/Eduardo Chapellín
F/Joel Aranguren