Desde el año 2012, en el Centro de Atención al Adolescente en el estado Yaracuy, se comenzó a implementar un Nuevo Régimen Penitenciario creado por el Comandante Eterno, Hugo Chávez. Una política humanista que para el año 2013 se instaló en el Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF), ubicado en Los Teques, estado Miranda, en el que conviven 740 privadas de libertad que dan testimonio de las diferencias entre el ayer y el hoy.
“Antes realmente veíamos lo que era toda esa parte llamada rutina, la rutina intracarcelaria que era la violencia intracarcelaria, que era el comercio de drogas, que era el comercio ilícito de otros tipos de estupefacientes, de armas, cosa que con el régimen penitenciario que ha implementado la humanización se ha evidenciado que se ha cambiado. La Valorización como humanas, como mujeres, es muy evidente”, exclamó una de las privadas de libertad con 7 años en este centro.
En las cárceles venezolanas donde había régimen abierto, la forma de relacionarse siempre fue la violencia. Se afianzó la figura de lo que en ese ambiente se denominó “EL PRAN”: un interno con auto-nombrada jerarquía que controlaba el comercio ilegal y generaba las ordenes al resto.
¿Hay un líder entre ustedes? ¿Cómo era antes y cómo es ahora?¡No! Aquí nuestros líderes son nuestras custodias y el régimen pues”, respondió una de las privadas de libertad.
Otra de las privadas de libertad que asume el nuevo régimen como algo positivo, señaló que antes “era la ley del más fuerte. Ahora no, ahora todas tenemos el mismo modo de opinar. Ya sabemos que podemos expresar cualquier situación y sabemos que no vamos a ser agredidas”.
Un camino hacia la disciplina
Durante un recorrido por el INOF, el cambio se hace evidente ante nuestros ojos. Al ingresar a las diferentes áreas de estudio, talleres o lugares en los que comparten las privadas de libertad, una voz al unísono refleja que la disciplina se ha instalado en este recinto, dejando escuchar el saludo con el que reciben a autoridades: “¡Humanización, respeto, orden y disciplina hacia la mujer y el hombre nuevo!”.
En diversas intervenciones, la Ministra del Poder Popular de Servicio Penitenciario, Iris Varela, ha descrito este Nuevo Régimen como una manera de transformar hombres y mujeres, en mejores ciudadanos.
La disciplina y los valores patrios, son un pilar fundamental para lograr este objetivo en el que intervienen el orden cerrado, cuyos beneficios los explica la Viceministra de Asuntos Sociales y Formación Educativa, Gladys Valdez.
“El orden cerrado es una actividad que permite concentración, mente y cuerpo. Eso es una destreza que ayuda a quienes se encuentran en lugares de reclusión a mantener el cuerpo y la mente en el lugar donde debe estar. Las disciplinas son positivas absolutamente todas”.
Una rutina para cambiar ne positivo
Desde las 5 de la mañana se levantan. A las 6:00 a.m., izan la Bandera y entonan las notas del Himno Nacional. Con un uniforme color rosa, debidamente peinadas y aseadas. Desde una nueva forma de caminar por las instalaciones del INOF, comportarse y pensar, privadas de libertad se dieron la oportunidad de comenzar a cambiar.
Ellas mismas reconocen que el orden cerrado, como guía de la disciplina, hoy se traduce en disminución del nivel de agresividad y conflictos internos.
“Este Trabajo consiste en formar más disciplina en las personas como nosotras privadas de libertad. Nos ha ayudado a calmarnos más en lo que es cuerpo, impedir el ocio, nos ha ayudado a evitar agresividad, nos ha ayudado a formarnos como persona y no ver las cosas como las estábamos viendo antes”, relató una de las privadas de libertad.
A pesar de las críticas opositoras al sistema por parte de voceros ajenos a esta realidad, la palabra de las féminas que encontraron una nueva forma de convivencia pacífica se antepone, aclarando que más allá de las primeras reservas ante el Nuevo Régimen Penitenciario, el resultado ha sido positivo.
“Todo cambio requiere a veces miedo, produce algún temor, porque todo cambio produce eso, pero en realidad ha sido para mejor, tanto el personal que aquí labora como para nosotras, hay respeto entre compañeras. En realidad ha sido difícil, pero ha sido bueno”.