El Gobierno boliviano destacó este domingo la baja de precios en los alimentos y las tarifas del transporte público, tras la anulación del Decreto 748, que acrecentó la especulación y el agio durante los últimos días en los centros de abasto, debido al incremento del precio de los combustibles, entre el 57 y 83 por ciento.
El vicepresidente Álvaro García Linera explicó que el objetivo de esa medida era generar un ahorro de 660 millones de dólares e inyectarlos al sector productivo, monto que ahora sólo servirá para subvencionar la rebaja de las gasolinas y diesel durante el 2011.
«Ya no hay motivo alguno para que se incrementen los precios de nada», afirmó el dignatario en el programa de radio y televisión estatales, El Pueblo es Noticia.
Pese al «derroche» de esos recursos, García Linera sostuvo que el Gobierno ejecuta un plan para garantizar que los precios de los principales productos de la canasta familiar se estabilicen e, incluso, tiendan a disminuir.
Dijo que con la importación de maíz duro y el aumento en el acopio interno de torta de soya se garantiza el abastecimiento de alimento balanceado a la industria avícola y porcina, carnes que tienen un alto consumo en Bolivia.
Añadió que en Bolivia hay suficiente harina y en los siguientes días el precio del azúcar rebajará con la inserción de más de un millón de quintales en los mercados del país.
Subrayó que el precio del pan no tiene por qué subir a más de 0,40 centavos de boliviano y menos cuando la harina que reciben los panificadores, a sólo 151 bolivianos el quintal, está subvencionada por el Estado.
García Linera calificó de «patriotas» a aquellos transportistas y comerciantes que, inmediatamente anulado el Decreto 748, rebajaron y estabilizaron los precios sin «abusar» del pueblo.