Por Aurelio Gil Beroes|Domicilio ideológico (Opinión)

La lucha política es la máxima expresión de la conciencia del hombre en sociedad y reflejo inequívoco de su condición humana.

Guiado por valores éticos y políticos surgidos de su ejercicio de vida, el hombre se agrupa y asocia en torno a doctrinas que establecen normas, principios que orientarán su desempeño.

En el pensamiento político contemporáneo existen tres grandes corrientes: la socialdemocracia, la democracia cristiana y el socialismo.

La socialdemocracia es una tendencia reformista que deriva de las corrientes socialdemócratas marxistas, de fines de siglo XIX, y que en Venezuela ha tenido en Acción Democrática (AD) su máxima expresión.

La democracia cristiana (el partido Copei en Venezuela) es la propuesta de la Iglesia cristiana a las masas obreras europeas que reclamaron justicia a partir del tercer cuarto del siglo XIX.

El socialismo es, a grandes rasgos, la corriente que se fundamenta en la doctrina revolucionaria de Carlos Marx y su expresión inicial en el país la estableció el Partido Comunista de Venezuela (PCV).

Estas corrientes del pensamiento están presentes en Venezuela y, sin embargo, aquí la lucha política transcurre sin debate ideológico.

El tema no se toca. Todo el mundo lo elude, nadie da la cara y creo que gran parte de la responsabilidad de que esto sea así, debemos cargarla los revolucionarios, que no exigimos responsabilidades ideológicas y políticas a nuestros adversarios.

¿Cuál es, por ejemplo, utilizando la expresión de Carlos Canache Mata, de AD, el “domicilio ideológico” de Henrique Capriles Radonski, de Leopoldo López, de María Corina Machado o del propio Henry Ramos Allup? ¿Dónde están parados, ideológicamente? ¿A qué intereses obedecen sus actuaciones? ¿Qué tienen en común ideológicamente?

El oportunismo político es hijo de la orfandad ideológica y ese es el origen de lo que Rómulo Gallegos denominaba los “hombres prácticos” a quienes definía de la siguiente manera: “…Los hombres prácticos no tienen paz con nada que de algún modo sea ejercicio de idealismo y si se les deja hacer terminarán acabando con la dignidad humana”.

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