El ultraconservador Ted Cruz ha ganado los caucuses de Iowa superando a Donald Trump por cuatro puntos. Nada está decidido en la disputa por la nominación republicana.
Las espadas siguen en alto, pero Marco Rubio ha emergido como la gran esperanza blanca de los conservadores. La victoria de Ted Cruz en un estado en el que el apoyo de los cristianos evangélicos es determinante entraba dentro de lo previsible. Varios sondeos los vaticinaron, pero los sondeos se equivocaron con Marco Rubio, que ha superado con creces todas las expectativas.
La cúpula del Partido Republicano detesta a Ted Cruz tanto más que a Donald Trump y el senador de Florida, de origen cubano, se convierte en la mejor opción para el establishment. Supera a Clinton en tres de las cinco últimas encuestas y además Jeb Bush, que acaparaba buena parte de las donaciones, se ha hundido irremisiblemente con un 3% de los apoyos. Después de los tres primeros, ningún otro candidato supera el 10% y ya han empezado a plantearse renuncias.
En los caucuses republicanos, Ted cruz ha ganado con el 28% de los apoyos, frente al 24% de Trump. Rubio se ha quedado a sólo a un punto de distancia de Trump. Que Trump ha fracasado –de momento- y Rubio ha triunfado quedó patente en los discursos posteriores al escrutinio. Rubio ha sido el primero en comparecer esta noche con una sonrisa de oreja a oreja y no se ha conformado en celebrar el resultado.
Ha pronunciado un discurso propio de un candidato a la presidencia, redoblando los ataques a Hillary Clinton, pero enviando un mensaje a la cúpula del Grand Old Party: “Soy el candidato que puede unificar el Partido Republicano”. Trump se limitó a dar las gracias a los votantes de Iowa, felicitar a Cruz y asegurar que “me siento muy honrado”
En el discurso de la victoria, Ted Cruz proclamó que “las bases conservadoras han vencido al cartel de Washington”.