Durante el Festival de Lucerna, este sábado|Dudamel y la Simón Bolívar deslumbraron a los suizos

"Él viene del sur americano, de un país como Venezuela, comprometido con el arte como arma efectiva de desarrollo social", dijo el maestro suizo Charles Dutoit refiriéndose a Gustavo Dudamel

Un despliegue de garra, talento y fuerza sonora caracterizó el concierto que, bajo la dirección de Gustavo Dudamel –cuya presencia sobre el podio generó una salva de aplausos que se prolongó por incontables minutos-, ofreció a sala llena la Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar, en la segunda jornada del Festival internacional local, reputado como uno de los más importantes en el mundo de la música clásica.

Fiesta, delirio colectivo, celebración clamorosa, fueron algunos de los calificativos  endilgados por los cronistas suizos al desempeño cumplido por las individualidades artísticas venezolanas en su presentación de la víspera, que suscitó  un interés superlativo  al punto de que las localidades (1.840 butacas) fueron adquiridas con casi dos meses de antelación, lo que consideraron como “un suceso”.

Al igual que en ocasiones precedentes, el público europeo recibió a Gustavo Dudamel como “la nueva estrella en el firmamento de la música” y, a semejanza de una radiante luminaria del pop, le tributaron el homenaje de la más rendida admiración. Más de 10 minutos de ovación y el público de pie, premió la conducción del maestro venezolano, en uno de los festivales de mayor tradición del mundo, en cuanto a música académica se refiere

Programa gratificante y ambicioso (el Poema Sinfónico Francesca da Rimini, opus 32 de Tchaikovsky y la majestuosa Sinfonía Alpina de Richard Strauss) el que afrontó la sinfónica venezolana, que no por juvenil mereció encendidos vítores de unos melómanos habituados a escuchar los sonidos más trabajados y estilizados del mundo.

Ésta es una formación orquestal de gran calibre –expresó un experimentado profesor suizo, justificando la emotividad de la velada y la atmósfera de complacencia que se advirtió durante todo su desarrollo.

La conocedora audiencia de Lucerna dio rienda suelta a su entusiasmo –y al fervor que genera la Simón Bolívar y su carismático director- no sin antes mostrarse silenciosamente embelesada durante la ejecución, al igual que si se hallara ante la exactitud de un encefalograma clínico, pero a conciencia de la salud de los protagonistas, que terminaron seduciéndolos al conjuro de su sonoridad y gracias a la milimétrica dosificación de sus alientos.

Él viene del sur americano, de un país como Venezuela, comprometido con el arte como arma efectiva de desarrollo social –dijo de Gustavo Dudamel el maestro suizo Charles Dutoit, quien canalizó durante algún tiempo las aptitudes interpretativas de la notable pianista Martha Argerich, otra de las grandes fanáticas del movimiento orquestal venezolano.

Luego de cosechar ovaciones con la “Francesca da Rimini”,  obra en la que habita una reposada y a veces sólida vitalidad, Dudamel y sus dirigidos, obsequiaron una versión de la straussiana Sinfonía Alpina de extraordinaria belleza sonora, exenta del ceremonioso amaneramiento que cultivan algunos de los directores sinfónicos más notables.

Delirio total y absoluto en una sala casi siempre ganada por la circunspección. Gran triunfo del sistema orquestal venezolano en la hermosa villa de inmensos lagos y montañas imponentes. Como bien lo ha indicado el Maestro Dudamel «el que una orquesta juvenil como la nuestra sea la invitada de honor en este magno evento, representa lo mucho que hemos crecido como movimiento musical. Claro que somos un proyecto social,  pero sin dudas la simbiosis entre lo artístico y nuestra responsabilidad con el colectivo, nos ponen en un lugar muy importante en el mapa musical».

RETORNO A CARACAS

Dudamel recibió a la prensa por escasos minutos en el camerino, durante el intermedio, para anunciar que mañana regresa a Caracas en donde le espera un arduo trabajo con la Sinfónica, pues después de Semana Santa, dirigirá dos grandes conciertos: La Séptima y la Novena de Mahler. Así mismo, precisó que junto a la Simón Bolívar también vendrán a Caracas como invitados especiales: el solista René Capuçon y la pianista Alicia Gabriel.

Al ser consultado sobre el estreno de la cantata criolla en Los Ángeles, dio como primicia que será Gaspar Colon Moleiro, el Diablo y ratificó que Florentino estará interpretado por Aquiles Machado.

T/Prensa FESNOJIV
Fotos/Nohely Oliveros