El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, dio por concluidas este lunes las conversaciones de paz con el grupo rebelde Nuevo Ejército Popular (NEP), días después de que ambas partes levantaran el alto el fuego.
De acuerdo con la prensa local, el mandatario hizo pública la declaración al anunciar la retirada del gobierno de las negociaciones, medida que adoptó luego de varios ataques perpetrados por los rebeldes contra las fuerzas de seguridad.
Ambas partes pactaron en Oslo, Noruega, un alto el fuego por tiempo indefinido y promover la amnistía de presos políticos para iniciar las negociaciones de paz.
El proceso sufrió un fuerte revés el pasado 21 de enero, cuando rebeldes y soldados sostuvieron un tiroteo en el sur del país lo que, según analistas, supuso una ruptura de la tregua tras cinco meses sin enfrentamientos y dio lugar a otras incidentes días después.
Asimismo coinciden en que una de las dificultades en las negociaciones fue la negativa del gobierno filipino de poner en libertad a unos 140 presos vinculados a la guerrilla.
Gobierno e insurgentes iniciaron en enero en Roma la tercera ronda de negociaciones y debían reunirse este mes en Holanda para abordar un alto el fuego bilateral, antes de reanudar las negociaciones de paz en la capital noruega el próximo abril.
El NEP, fundado en 1969 con el objetivo de derrocar al Gobierno, cuenta con unos 6 mil combatientes y en las últimas décadas perpetró numerosos atentados, asesinatos, secuestros y extorsiones, según denuncias gubernamentales.