El Servicio Postal de Estados Unidos (SPEU), que ha transitado al borde la quiebra desde hace dos años, confirmó este miércoles otra medida extraordinaria en un nuevo intento de alcanzar la viabilidad fiscal.
Patrick Donahoe, director general de la empresa subsidiada por el Estado, informó que el SPEU suspenderá las entregas de correos los sábados y confía ahorrar dos mil millones de dólares con el cambio de horario.
La mayoría de los congresistas federales en Washington calificó al programa de una reforma justa y necesaria, pero el senador demócrata Mark Begich advirtió sobre el impacto en el mercado laboral y en trámites de medianas empresas.
Esta decisión ralentizará el servicio en todo el país, pero las más afectadas serán comunidades rurales en Alaska y otros territorios interiores, donde muchas personas reciben por esa vía cheques de la seguridad social, alertó Begich.
El volumen de correo tradicional declinó abruptamente en Estados Unidos desde 2008, en el contexto de la crisis financiera y el cambio de miles de usuarios a servicios equivalentes por Internet.
Acorde con cifras empresariales actualizadas, el SPEU tuvo pérdidas en 2012 de 16 mil millones de dólares, despidió a 193 mil empleados, clausuró 200 centros de procesamiento de correspondencia e implantó horarios recortados en 13 mil oficinas.