El gobierno griego se negó este lunes a cumplir imperativos del Fondo Monetario Internacional (FMI) de legislar medidas preventivas posteriores al rescate de la deuda, exigencias que consideró ilógicas.
En la rueda de prensa semanal del Gobierno, el portavoz Dimitris Tsanakópulos ratificó que su país aplica los compromisos del programa de rescate, y no cederá ante los reclamos del FMI.
Sin embargo, Tsanakópulos se mostró optimista de que el Eurogrupo logre un acuerdo en las negociaciones para la segunda evaluación del programa de rescate, y agregó que todas las partes expresaron la voluntad de tomar iniciativas para conseguirlo y concluir la evaluación.
Las declaraciones de Tsanakópulos fueron en respuesta a los resultados del análisis que realizó en la jornada anterior el FMI sobre la necesidad ‘de aliviar la carga de la deuda griega para garantizar su viabilidad’.
El documento del FMI muestra las divergencias entre sus integrantes, mientras algunos abogan por un excedente primario de Grecia (fuera de la carga de la deuda) de 3,5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), otros aprecian posible solo un 1,5 por ciento.
Desde hace meses el fondo solicita a Grecia que efectúe cambios y nuevos reajustes de recorte en las áreas del empleo, energía, y las metas de superávit cuando expire la línea de crédito en 2018.
Pero el ejecutivo heleno defiende su posición en los temas de ocupación y metas fiscales, y su aspiración a negociar el descenso del objetivo de superávit primario del 3,5 por ciento pretendido por los acreedores, al 2,5 por ciento del PIB.