El ministro japonés de Finanzas, Taro Aso, mostró su preocupación ante los problemas presupuestarios del Gobierno estadounidense, que entre otras consecuencias influirá en una vuelta a la recesión de la economía nipona.
Aso exhortó a encontrar una solución rápida, toda vez que de continuar el bloqueo presupuestario en Estados Unidos, habrá una apreciación del yen y se echarán por tierra todos los esfuerzos de Tokio por salir de la crisis financiera.
El gobernador del Banco Central de Japón, Haruhiko Kuroda, también expresó sus temores frente a la situación.
Los problemas de falta de presupuesto de Washington, apuntó Kuroda, constituyen un riesgo de presión negativa sobre la economía mundial.
Entre otras decisiones, la Casa Blanca tiene prevista la suspensión de pagos a acreedores a partir del próximo 17 de octubre y a causa de que Estados Unidos es el mayor deudor mundial, se registrará un retroceso en el intercambio comercial internacional.
Tras meses de políticas orientadas a frenar una apreciación del yen y sanear las finanzas internas, un registro contrario como el que se pronostica, dañará en lo profundo las exportaciones de la tercera economía del mundo.
La deuda fiscal japonesa duplica el producto interno bruto.