Pese a la urgencia de un acuerdo para evitar que Estados Unidos caiga en un abismo fiscal, el presidente Barack Obama reiteró su oposición a firmar cualquier texto que impida subir los impuestos a los más ricos.
El vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, subrayó este lunes que Obama es consciente de la necesidad de alcanzar un pacto, pero no rubricará ningún documento que prevea exenciones fiscales para los más acaudalados.
Por su parte, los republicanos aún atrincherados en una postura contraria, muestran algunos signos de que se podría llegar a un punto de encuentro sobre el complicado tema, indicó un reporte difundido en el sitio digital de la cadena CNN.
Cada vez más, los republicanos conservadores en el Congreso están rompiendo con un compromiso que firmaron a principios de año en contra de cualquier tipo de aumento de impuestos o ingresos fiscales adicionales, destacó el medio.
Una nueva encuesta de CNN/ORC Internacional divulgada este lunes muestra que la mayoría de los entrevistados apoya la postura demócrata acerca de que un acuerdo en el Capitolio debe incluir la combinación de recortes de gastos y aumentos de impuestos.
Obama y los demócratas insisten en que los estadounidenses ricos (identificados como aquellos individuos con ingresos superiores a 200 mil dólares o familias que en total reciban más de 250 mil al año), deben pagar mayores gravámenes para que las tarifas del resto de los ciudadanos permanezcan igual.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicado de Ohio John Boehner, convertido en pieza clave en las negociaciones, así como Mitch McConnell, de Kentucky, líder de la minoría del Senado, en lugar de las cargas impositivas proponen una amplia reforma fiscal.
Si las negociaciones parlamentarias fracasan, la mayoría de los ciudadanos verá un alza impositiva sin precedentes que rondaría los 500 mil millones de dólares y dispararía a nueve por ciento la tasa de desempleo, actualmente en 7,9.
Además, antes de enero de 2013 culmina un periodo tope relacionado con el débito nacional.
De no concretarse acuerdo Estados Unidos iría en camino hacia una nueva recesión, advierten los expertos.