El presidente de Uruguay, José Mujica, criticó este martes el consumismo y el individualismo, especialmente en los sectores altos y medios de la sociedad, mientras que «entre los más pobres quedan rasgos de franca solidaridad, aun teniendo muy poco».
Apuntó que es fácil pedirle a otro que ponga «y no poner nada de nosotros, como si en este mundo fuéramos neutrales».
En su semanal audición por Radio Uruguay, volvió a referirse al consumismo como una adicción que es «funcional a la acumulación capitalista», y a la diferencia entre consumismo y el consumo de bienes básicos, ligado a la lucha por vivir.
«Esa adicción esclaviza nuestra vida y nuestra conducta: con la ilusión de comprar cosas nuevas terminamos confundiendo el ser con el tener», afirmó.
También se refirió al «feroz individualismo» que despierta y recordó que en el pasado se ejercía la práctica militante de la solidaridad, lo cual se fue perdiendo.
Al mismo tiempo, Mujica alertó sobre el impacto del consumismo en el calentamiento global, que deriva -dijo- en un cúmulo de acontecimientos de variabilidad climática cada vez más frecuente y profunda.
Los expertos señalaban que abundarían temporales, huracanes, ciclones, sequías e inundaciones. Esto lo estamos viviendo, porque nuestra naturaleza ha demostrado una enorme sensibilidad y brutal interdependencia con fenómenos que no nos damos cuenta, pero están presentes y determinan nuestra vida, agregó.
Esto se irá acentuando en épocas modernas, aseguró, porque las políticas para mitigar esto son muy limitadas y la vorágine del consumo y el cálculo exagerado de la producción industrial son un colosal despilfarro de energía.