Millones de ciudadanos ecuatorianos están llamados a las urnas este 24 de marzo para elegir a autoridades locales, en unos comicios cuyos resultados podrían definir el campo político de cara a las elecciones presidenciales del 2021.
«Ocurre un fenómeno interesante en estas elecciones, quien logra tener determinados espacios locales, también consigue fortalecerse a nivel nacional; de cómo quede el mapa electoral va a depender de cómo se proyecta después la política nacional», afirmó a esta agencia el licenciado en sociología y ciencias políticas David Chávez.
Unos 13,2 millones de ciudadanos están habilitados a concurrir a las urnas este domingo para elegir alcaldes, prefectos y concejales entre casi 80.000 candidatos.
Ese día también se elegirá a los siete miembros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, organismo que selecciona a las autoridades de control, entre ellas fiscal general de la nación, contralor, procurador, superintendente de Bancos.
Además, 20.833 extranjeros y unas 10.000 personas privadas de libertad participarán en los comicios.
La disputa en estas elecciones se da entre los sectores opositores al Gobierno, que son liderados por el conservador Partido Social Cristiano (centroderecha), el Movimiento Creo (derecha) y Movimiento Sociedad Unida Más Acción (centroderecha), y el movimiento impulsado por el expresidente Rafael Correa (2007-2017) llamado Fuerza Compromiso social.
Estrategias
Chávez afirmó que la estrategia de los sectores opositores es aprovechar la crisis económica de este momento para captar a las clases medias urbanas; mientras que el sector de Correa busca consolidarse en los sectores populares.
Además, consideró que los partidos opositores pretenden construir la imagen del actual alcalde de Guayaquil (oeste), José Nebot Saadi, como el próximo presidente de Ecuador.
«Mientras tanto, Correa está participando en condiciones adversas, pero aun así su sector espera tener al menos el umbral mínimo para poder participar electoralmente y eventualmente ganar en una o dos provincias importantes, lo cual le daría vida política en un momento en que todas las fuerzas políticas operan en su contra», dijo el analista político Franklin Ramírez.
Todas las fuerzas políticas entran a estas elecciones con un «fuerte grado de debilidad», ya que el campo está altamente dividido y existe una multiplicación de candidaturas, por lo que ningún partido tendrá una «gran presencia» como la que logró tener el sector de Correa en algún momento, dijeron Chávez y Ramírez.
A pesar de estar en una situación adversa, el futuro del movimiento de Correa parece ser positivo, opinaron Chávez y Ramírez.
«El sector de Correa está debilitado, pero va ganando terreno; la efectividad de la estrategia de los sectores opositores fue a medias, porque no lograron sepultar a Correa políticamente, es posible que los resultados de las elecciones muestren incluso una recuperación de este sector político», sostuvo Chávez.
Estas elecciones se dan en momentos en que se han presentado varias denuncias de corrupción por parte de la administración actual de Lenín Moreno contra los anteriornes gobiernos de Correa.
Además, seguidores y exfuncionarios de la administración de Correa también han presentado denuncias penales contra Moreno por presunta corrupción.
Correa actualmente reside en Bélgica y se encuentra prófugo de la justicia ecuatoriana, que lo requiere para juzgarlo por su presunto papel en el secuestro de un opositor.