Ecuador emplea unos 10.000 uniformados para custodiar la línea limítrofe con Colombia (norte, de 720 km), donde enfrenta el «más grave problema» de seguridad, dijo el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, el sábado.
En el filo con Colombia está «el más grave problema de seguridad que tiene el país, es una frontera caliente con crimen organizado, narcotráfico, grupos irregulares, FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), paramilitares», indicó el mandatario en su informe semanal de labores.
Ecuador destina 7.000 miembros de las Fuerzas Armadas (18% del personal) y 3.000 policías para la vigilancia en esa frontera, lo que demanda unos 120 millones de dólares al año, agregó.
El pasado lunes Juan Manuel Santos se convirtió en el primer presidente de Colombia en visitar Quito tras el bombardeo colombiano del 1 de marzo de 2008 contra un campamento clandestino de la guerrilla FARC en el territorio ecuatoriano de Angostura (selva amazónica).
Esa incursión, en la que murieron 25 personas -incluido el entonces número dos de ese grupo rebelde, Raúl Reyes- y que fue autorizada por Santos al ser ministro de Defensa, derivó en la ruptura de relaciones diplomática durante 20 meses.
«Eso ya no va a poder pasar nunca más, ya hemos recuperado nuestra capacidad de defensa, y algo como Angostura de marzo de 2008 no volverá a pasar, tenemos la capacidad de defendernos», declaró Correa.
Además, con la visita de Santos «definitivamente queda atrás» esa crisis, en la que intervino la Organización de Estados Americanos (OEA), agregó.
«A los pueblos más que el pasado los une el futuro. Con Colombia, con Perú, con toda nuestra América tenemos un futuro común además de un pasado común», añadió.
«Con esto definitivamente queda atrás ese doloroso episodio de marzo de 2008 que nos llevó incluso a romper relaciones con ese país tan entrañable, tradicionalmente hermano como es Colombia», dijo. Los nexos bilaterales «están en su mejor momento», afirmó.