Este miércoles, el presidente de la Fundación de Investigación y Desarrollo Ecológico Integral, Edward Castillo, advirtió que la empresa Agroisleña, además de pasivos laborales también tiene pasivos ambientales con un costo “altísimo” que no deben ser absorbidos el Estado.
“Es sumamente costoso tratar, manejar y neutralizar los pasivos ambientales, y eso debe tomarlo en cuenta el Estado al momento de hacer el avalúo para la expropiación”, afirmó el perito.
Recomendó a las autoridades hacer “con sumo cuidado” el inventario de todos los agroquímicos que están en existencia en Agroisleña, pues muchos de ellos ya estaban vencidos al momento de entrar al país.
Castillo también aseveró que algunos de esos productos ingresaron al territorio nacional ilegalmente, pues muchos ya estaban prohibidos por convenios que Venezuela había suscrito internacionalmente.
Por su parte Emma Ortega, dirigente de la Coordinadora Agraria Nacional Ezequiel Zamora y del Frente Campesino Simón Bolívar, acotó que Agroisleña tiene una gran reserva de agrotóxicos que es la mayor de Latinoamérica. «Esos agrotóxicos tienen que ser responsabilidad de Agroisleña, porque no nos pueden pasar a nosotros esa responsabilidad”, expresó.
Ortega además denunció que los productores y productoras nacionales deben pagarle a Agroisleña el sulfato de amonio a 75 bolívares, cuando la estatal Petroquímica de Venezuela (Pequiven), suministraba este producto a 14 bolívares, con un precio sugerido de 22 bolívares.
En ese sentido, aclaró que la expropiación de esa empresa es un paso en el que se debaten dos modelos, “uno que tiene que ver con la agricultura verde que se basa en ir contra la vida y la naturaleza, y el otro establecido en la Constitución Nacional que es la agricultura sustentable cuya base es la agroecología”.
La agroecología es la aplicación de los conceptos y principios de la ecología al diseño, desarrollo y gestión de sistemas agrícolas sustentables.
Finalmente hizo un llamado a los consumidores a exigir productos sanos y de calidad. “Los consumidores no pueden seguir siendo pasivos, que lo que quieren son precios bajos y productos de mediana calidad. Ahora llega el momento para el buen vivir, a consumir para tener buena salud, de consumir para estar alegres, vitales y decir gracias a la vida”, puntuializó Ortega.