Estados Unidos lanzó al menos 23.144 bombas sobre países de mayoría musulmana en 2015, revela un estudio realizado por un alto integrante del laboratorio de ideas estadounidense Consejo de Relaciones Exteriores.
“El año pasado (2015) EEUU lanzó aproximadamente 23.144 bombas en seis países, de la cuales 22.110 fueron lanzadas en Irak y Siria”, reveló el jueves Micah Zenko, uno de los destacados analistas del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés), quien también ha ejercido funciones en la oficina de Planeamiento de Políticas del Departamento de Estado de Estados Unidos.
Según Zenko, quien usó datos oficiales divulgados por el Departamento de Defensa de EEUU, además de Irak y Siria, donde Washington lidera una llamada coalición en contra del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), las fuerzas estadounidenses lanzaron bombas sobre otros cuatro países: Afganistán (947), Yemen (58), Somalia (18) y Paquistán (11), de los cuales todos tienen una gran mayoría musulmana.
También el analista puso en duda la cifra divulgada por las autoridades estadounidenses sobre las víctimas civiles de los ataques aéreos estadounidenses, de solamente seis personas, y argumentó que, tomando en cuenta las evidencias y considerando este tema desde una perspectiva lógica es imposible que esta gran cantidad de bombas solamente hayan causado la muerte de seis civiles.
Por otra parte Zenko estudió la efectividad de los bombardeos y, otra vez más, usando las propias declaraciones de los funcionarios estadounidenses, aseguró que las campañas aéreas contra Daesh en Irak y Siria y contra Talibán no han tenido efecto alguno por sí solos y hasta en el caso de Talibán, según un reciente análisis de la revista estadounidense Foreign Policy, los talibanes ya tienen más territorios bajo su control que en los últimos 14 años.
Estados Unidos, so pretexto de atacar y “degradar” a grupos terroristas en varios países árabes, incluidos Irak y Siria, lleva a cabo ataques aéreos contra supuestos objetivos terroristas no obstante, gran parte de estos ataques aéreos dejan víctimas civiles y hasta apuntan contra las fuerzas de seguridad de los países en los que se llevan a cabo.