Desde primeras horas del día, cientos de miles de manifestantes desafiaron el toque de queda y se congregaron en la plaza de Tahrir ubicada en la capital egipcia, para protestar contra el mandatario Hosni Mubabrak y exigir su renuncia inmediata, por considerarlo culpable de los males que aquejan al país.
Ahora, al reclamo del pueblo egipcio, quienes aspiran convocar este martes a un millón de personas, también se ha sumado el Ejército, cuyos representantes han asegurado que no reprimirán a los manifestantes, reseñó una nota de TeleSur.
Además de El Cairo, otras ciudades como Alejandría y Suez son el escenario de la inconformidad del pueblo egipcio, según la cadena qatarí Al Jazeera.
Según un reporte de Reed Lindsay, enviado especial de la multiestatal teleSUR, “las calles se han llenado y las zonas aledañas a la plaza están llenas de gente”. Se trata de «una manifestación pacífica”, dijo.
No obstante, uno de los inconvenientes que enfrenta la marcha es la dificultad para transportar a las miles de personas que pretenden desplazarse desde el interior del país, dado que el gobierno paralizó el servicio ferroviario, medida que la oposición atribuyó a un intento de boicotear la protesta.
Manifestantes consultados por Prensa Latina en la plaza Tahrir, dijeron que sólo esperaban la represión de la policía antimotines, pues las fuerzas armadas ya dejaron claro que no atentarán contra la ciudadanía, aunque sigan fieles a Mubarak.
El portavoz del ejército, Ismail Teman, leyó la noche del lunes un comunicado del estado mayor general en el que señaló que la libertad de expresión por medios pacíficos está garantizada.
Por su parte, Amr Al Shobaki, del centro de estudios políticos Al Ahram de El Cairo indicó que «al ejército egipcio lo respetan. Reprimir movimientos populares no forma parte de su tradición», reseñó teleSUR.
Aseguró que en Egipto la represión ha estado a cargo de las fuerzas de seguridad, en particular los agentes antidisturbios y motines.