El arroz debe constituirse en el alimento preferencial para la soberanía agroalimentaria

Luisa Estela Morales, exmagistrada y expresidenta del Tribunal Supremo de Justicia, considera que de haberse aplicado a plenitud la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario hoy no estaríamos en esta situación de escasez, de poca producción y de falta de seguridad alimentaria. Para esta experta en derecho agrario, una de las de mayor prestigio y reconocimiento en el plano interno, esta ley sufrió un duro golpe con la reforma a que fue sometida y por la que se eliminaron conceptos fundamentales que hoy día nos servirían de mucho. Si embargo, piensa que todavía se está a tiempo de retomar esos criterios.

Luisa Estela Morales estuvo la semana pasada en el programa La Lámpara de Diógenes, que transmite todos los días desde las siete de la mañana la emisora radial YVKE y que conduce el periodista Diógenes Carrillo. Junto a ella participaron Alejandro Hitcher, exministro del Ambiente con Hugo Chávez, y Andrés Aguilar, entre otros.

A la exmagistrada se le considera una de las principales impulsoras de la Ley de Tierras, aprobada en el paquete de leyes habilitantes promulgadas por el presidente Chávez en 2001, y que recibió un rechazo total de los poderes económicos, ente ellos Fedecámaras, Fedenaga y Fedeagro.

Creadora de la ley de tierras, reformuladora de unos conceptos llamados “fundos estructurados”.

“El concepto que desarrolló la doctora en la Ley de Tierras es un concepto que tiene que ver con la tierra como medio de producción para la vida, para la productividad. El problema de la tierra no es la propiedad de la misma, es la productividad”, dijo Hitcher al comienzo del programa radial.

“Yo siempre”, dijo textualmente Estela Morales, “he estado preocupada por la aplicación de la Ley de Tierras, que si se hubiese realmente aplicado a plenitud hoy no estaríamos en esta situación de escasez, de falta de producción y de falta de seguridad alimentaria. Pienso que la Ley de Tierras, que fue ampliamente discutida, no solamente con un grupo de personas que nos acompañaron en ese momento sino con el propio presidente Chávez, que, es bueno recordarlo, no dejó pasar un solo artículo sin que él lo discutiera y se le explicaran los conceptos que se estaban allí esbozando, y sobre todo la aplicación de cada artículo dentro del contexto sociopolítico, pienso que esa Ley de Tierras nuestra es muy importante, pero además sufrió un duro golpe con la reforma que se le estableció, en la cual se eliminaron conceptos fundamentales que hoy día nos servirían de mucho…”.

Expuso la dama que el artículo 2 de la Ley de Tierras, que se discutió ampliamente con el presidente Chávez, es un concepto que nos ubicaba en cómo debía establecerse la seguridad agroalimentaria en cada uno de los municipios, es decir, una seguridad agroalimentaria que venía desde abajo, y cómo debía ser el intercambio entre un municipio, y otro para garantizar que lo que no hubiese en uno pudiese establecerse en el otro.

Otro de los puntos fundamentales que piensa se deben retomar, pero que aún subsiste en la Ley de Tierras, es que cambia el concepto de medio de producción tierra acerca de cómo debe ser utilizado. Señala que en el instrumento jurídico no se habla de la propiedad de la tierra, tampoco se plantea la expropiación porque cuando se habla de expropiación se da por sentado que hay propiedad.

 

“Nosotros dejamos sentado el principio del uso de la tierra”, señala. “Es fundamental, por eso hay un artículo expreso que sobrevivió a esa reforma que dice que se afecta el uso de la tierra. Eso es muy importante. Al afectar el uso de todas las tierras, públicas y privadas, indudablemente que estamos condicionando la seguridad y la soberanía agroalimentaria a qué cosa es lo que vamos a producir, cómo se va a producir, cuál es modo de producción. Eso se desarrolla ampliamente no solo para los privados, sino también para el propio Estado. Eso iba enlazado con otros conceptos, que fue el primero eliminado en la Ley de Tierras, que fue la delimitación de lo que son las tierras agrícolas productivas rurales de lo que es el crecimiento urbano. Esos artículos, que eran claves para nuestro desarrollo y evitarnos lo que hoy estamos pasando en materia de producción, fueron eliminados”.

Otro concepto analizado por Morales se refiere a la estructuración de la unidad productiva, el modo de producir. Afirmó que a estas alturas no se puede dejar que un campesino para hacer los quehaceres de su casa tenga que ir al río o a un pozo a buscar un baldecito de agua. El campo, en contraste con la ciudad, se ha quedado muy atrás, en el sentido de que no hay vías de comunicación, no hay infraestructura para la producción, hay problemas con los acueductos, con la electrificación.

El arroz, alimento estratégico

Al referirse a una hipotética agresión imperial armada contra Venezuela, consideró que nos llevaría unos cinco o hasta diez años recuperarnos de la destrucción, si es que logramos en primer lugar poner al enemigo fuera de nuestra fronteras. En este escenario, un aspecto importante para resistir descansa en la soberanía agroalimentaria.

Planteó que la soberanía agroalimentaria es estratégica. Eso significa que nosotros tenemos que tener algunos alimentos de larga duración, de fácil almacenaje, de fácil distribución, que nos permita en algún momento dado asistir a toda la población por la necesidad básica de alimentarse, como ocurrió con China, por ejemplo, con el arroz. El arroz y la soya se convirtieron en un momento dado en elementos alimentarios muy importante distribuidos por el Estado, con los cuales una población puede subsistir durante largo tiempo.

“En las guerras lo primero que procuran los gobiernos es el rubro agroalimentario de soberanía, lo que le permita mantener al ejército y a la población en caso de desastre o de guerra. Entonces, yo pienso que tenemos que definirlo. ¿Cuál sería ese rubro? A mi juicio y con la experiencia que hemos tenido en materia de producción, ese rubro es el arroz. Yo aplaudo y saludo con mucho entusiasmo cuando veo que Venezuela está procurando la producción de arroz, no solamente el arroz tradicional que consumimos, sino otras variedades que nos da la diversidad en el elemento rubro arroz, que indudablemente puede constituir nuestro rubro preferencial de soberanía agroalimentaria, y que debe ser manejado estratégicamente como un elemento de defensa del país. Debemos tener silos. Tenemos unos muy buenos. Allí están los silos de La Flecha y oros muy bien estructurados, ya llenos de ese producto con una cantidad suficiente como para decir que tenemos reserva alimentaria estratégica como para tres, cuatro años, cinco años o lo que sea necesario para la resistencia. Por otra parte la infraestructura que tenemos en Venezuela para la producción de arroz es óptima. No solamente es la represa del Guárico, que aunque no fue creada con ese objetivo ha servido a la producción de arroz. En Portuguesa tenemos Las Majaguas, o seatenemos una serie de infraestructura ya desarrollada que deberían estar al cien por ciento funcionales para poder contar con un rubro estratégico que nos permita resistir”, aseguró.

Citando una frase de Napoleón Bonaparte (“Los ejércitos descansan sobre el estómago”), sostuvo igualmente que el pueblo también descansa sobre el estómago. Aseveró que sobre la FANB debe descansar la responsabilidad de distribuir los productos esenciales para la resistencia.

Mencionó los granos, como el frijol, como otros vegetales importantes en esta preparación estratégica para la resistencia.

Impuesto a la tierra ociosa

Cuando Alejandro Hitcher le preguntó sobre que le haría a la actual Ley de Tierras, aseveró que rescataría por vía de relieve el concepto del uso y otro aspecto que no se ha desarrollado, el atinente al impuesto a las tierras de producción agrícola.

Agregó que el impuesto sería progresivo y pensando en la ineficacia del latifundio, que se castigue a aquellos propietarios de grandes extensiones que no las ponen a producir.

“Se persigue con esto que se les imponga un impuesto básico a las tierra ociosas por hectáreas y dependiendo el rubro, del uso debido de esa tierras, que también está desarrollado en la Ley de Tierras, y luego ir aplicando año tras año in crescendo ese impuesto. Es un impuesto que a medida que se hace mayor por falta del uso debido de la tierra, llegará un momento en que el propietario va a preferir entregarle la tierra al Estado antes de seguir pagando el impuesto por las tierra ociosas”, dice.

Alejandro Hitcher apuntó que la poligonal rural fue eliminada porque atentaba contra los grandes latifundistas. La ley contemplaba tres poligonales: la indígena, la poligonal rural, la poligonal urbana. Además se establece la clasificación de los suelos.

Hitcher planteó que algunos desacuerdos sobre la tierra se podrían resolver con lo que Chávez en su momento llamó el “Método CHAZ”. Es decir “Chávez-Azpúrua”, es decir, se afecta el uso: usted se queda con lo que está produciendo.

“Es muy importante esa acotación”, expuso Estela Morales, “porque en la Ley de Tierras nunca se pensó en otra cosa que lograr una producción óptima desde el punto de vista alimentario en Venezuela. Por eso se implementó allí lo único que ha subsistido, que es la certificación de tierras productivas, las tierra mejorables, y se le da un lapso para que la persona la pusiera producir. Por supuesto, hay un límite, porque no podemos pensar que 50 mil hectáreas en manos de una sola persona pudieran llegar a ser una tierra productiva. Es imposibl. A menos que sea un gran consorcio establecido dentro de los conceptos de la Revolución”.

En el programa se mencionó que un censo agrario arrojaba que en Venezuela había alrededor de 30 millones de hectáreas y unas 520 unidades productivas, por lo cual había que extender la superficie con alimentos distintos a los tradicionales. Impulsar la producción en pequeña y mediana escala.

T/ Manuel Abrizo
F/ Archivo CO
Caracas