El azar y el Banco

Estuve durante varias horas en zozobra ante el indescifrable corre-corre que me llevó del Banco Azul, al Verde y de éste, -a mediodía-, al Rojo. En ese camposanto de azar bancario la queja: gran v…a para que te entreguen 10 mil bolos.

Opina un motorizado: “…Eso, ni paga una botella de agua”. Cuenta mi amiga Rosalía: “…nadie sabe quién fija el monto de la dádiva diaria.

Tema inescrutable. Cambia. Inclusive, el mismo día entre agencias del propio Banco. Advierte el señor de barba: “…no averigües: te gruñirán desde la taquilla: “…mentira”. O, “…cada Agencia es autónoma”.

Solo sabrás media verdad. Por los atávicos mensajes que suelen transmitir, de manera poco amable, casi gritadito, por el agente de seguridad del Banco. Nadie sabe nada. No la preguntes al Cajero porque el sujeto, con mefítico tono y sin mirarte a la cara gritará: “…espere su turno”.

Lo mas notable es el proceso de taquilla y la anárquica voluntad de pasarse las normas por el cateto a cada rato. Sus graciosas disposiciones parecen marcadas por el azar de unos dados que se lanzan en la sombras de la oficinas de quienes “dirigen” estos pequeños infiernitos.

Notable el denso caos con las normas de este juego. Mezcla delirante de impunidad y teatro del absurdo. Furia cuando sientes, por los desplantes de los agentes del Banco, que estás a la intemperie. Y, si tienes la osadía o insistes en preguntar sobre las reglas del día, serás fácilmente sometido al escarnio.

Este es un escenario en donde nunca tendrás la posibilidad de acudir a ninguna figura de autoridad. Porque allí lo que priva es la improvisación de algún demiurgo que nunca dará la cara por ninguno de los vejámenes recibidos.

Espacio de la desidia. Allí, solo queda hacerse el loco. Aguantar. So pena de que no te entreguen tu dinero o te “marque” la mafia de esa agencia y la sanción, seguro vendrá.

Rosalía jubilada del CNE recomienda: “… lo mejor es terminar haciendo coro a la ola de chismes y opiniones de cada sufriente como tú. Pero todo tiene final. Este se produce con un grito lleno de bilis contra el gran culpable de esta penitencia. ¿Usted imaginan quién puede ser?

Pero hay mas azar en cola. Chismes y Radio Bemba. Hacen correr bolas, entre los victimados, caso positivo-: “van a comenzar a pagar hasta 50 mil bolos”.

O peor: “No hay efectivo y se va a cerrar “por una rato” la taquilla. En fin que todo lo signa el azar. Hasta la Ley de Bancos.

tuliomon@gmail.com
Caracas