PUNTO CRÍTICO
POR: ROY DAZA
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Ernesto “Che” Guevara murió en Bolivia hace 50 años. Había dejado su puesto de ministro, su rol de dirigente del partido, su condición de comandante de la Revolución Cubana, y emprendió la lucha por la liberación de América Latina, se fue a las montañas de Bolivia al frente del Ejército de Liberación Nacional con un puñado de bolivianos, cubanos, argentinos y peruanos, a escribir una de las epopeyas mas brillantes de los últimos siglos, “…marchó hacia el sacrificio a quemar su alma en el sol”.
La algarabía en Washington fue descomunal, todos los periódicos de la época festejaron la muerte del Che Guevara, no solo porque había caído uno de los grandes líderes teóricos y prácticos de la Revolución, sino porque ese hecho fue calificado como “la muerte de la Revolución”.
En los últimos 50 años el movimiento revolucionario ha vivido derrotas y victorias, que siguen estremeciendo las pampas, ríos y montañas de un continente que tiene una izquierda con una amplia experiencia, no solo en las lides sindicales, electorales, en la lucha armada o en la batalla política, sino que ahora también tiene experiencia como Gobierno.
La propuesta del Che y de la Revolución Cubana, encabezada por Fidel Castro y ahora por Raúl Castro, no es otra cosa que la perspectiva del socialismo, que significa: la superación de los límites históricos del capitalismo: la desigualdad social; la alineación humana que reproduce y expande y, erradicar la explotación de los seres humanos. El Che fue a la raíz del pensamiento de Carlos Marx: la clase obrera será la que construya una nueva vida.
Venezuela -por su propio camino- avanza en la construcción del socialismo, el debate está abierto, lo abrió el comandante Hugo Chávez en 2005, el mismo que inició el Che con su ejemplo y sus aportes filosóficos y políticos.
Por eso es muy sencillo afirmar que el Che Guevara anda por ahí.