El CNH irrumpió contra la historia excluyente, elitista, sexista y clasista

El Centro Nacional de Historia (CNH), próximo a cumplir 11 años en el mes de octubre, nació con el propósito de liberar a la historia venezolana de esa visión excluyente que terminó configurando una versión de los hechos parecida al proyecto de la Cuarta República, elitista, sexista y machista, en la que los reconocidos del discurso histórico nacional eran los hombres poderosos, los blancos, los ricos, ilustrados, y el 90 y pico largo por ciento del país era el pueblo ignorante que había seguido los designios de estos poderosos personajes, señala Pedro Calzadilla, presidente de la institución, al comentar, en una apretada síntesis, lo que ha significado el CNH desde su creación por el comandante Hugo Chávez.

“El CNH nace para revertir esa interpretación, para dar al traste con esas ideas y para acompañar el Proyecto Nacional Simón Bolívar en el terreno de la historia, por eso nace con los valores de la Constitución: la diversidad, la democracia”, afirmó Calzadilla durante un encuentro en la Casa de la Historia Insurgente, ubicada en la esquina de Traposos en el centro de la ciudad. Allí, Calzadilla comentó sobre el conjunto de actividades y esfuerzos emprendidos desde las áreas académicas y educativas del CNH en esta temporada. El presidente de la institución estuvo acompañado por Cora Ortiz Franquiz y Carlos Franco, coordinadora académica y coordinador de la política universitaria, respectivamente.

Calzadilla señaló que la institución, a instancias del presidente Nicolás Maduro, asume responsabilidades educativas y de formación en Historia en la áreas de pregrado y posgrado. EL CNH se transformó en la Fundación Centro Nacional de Estudios Históricos para ampliar su abanico de actividades, aunque conserva su nombre original.

Señaló que la institución que preside ha desempeñado la labor para la cual fue creada, justamente para dar la batalla de las ideas en la historia, la memoria, el patrimonio, nuestra historiografía. Expuso que el comandante Chávez tenía muy claro que solamente era posible hacer solamente una revolución si esta estaba en la conciencia pero también en el alma de un pueblo, en el corazón de un pueblo, en los afectos, los sentimientos.

“Cuando hablamos de alma, corazón, afectos, sentimientos, conciencia de un pueblo, hablamos de identidad. Un pueblo desprovisto de identidad se debilita en su estructura, en su organismo, su sistema inmunológico queda inhibido y queda sobre expuesto como pueblo a las vulneraciones de su soberanía, de su dignidad, por eso fue insistente el comandante Chávez en reforzar, dignificar al pueblo en su dimensión espiritual, identitaria, cultural, en una clara conciencia de la dimensión cultural de una revolución. Por eso crea el Centro Nacional de Historia”, dijo.

Señaló que el CNH no surge como una institución más. Chávez la crea convencido de que la historia estaba en el sistema vertebral de la identidad de un pueblo, y que para que esa identidad pueda ponerse de pie, andar, actuar dentro del organismo, tiene que tener una conciencia histórica, una memoria histórica que está conformada igualmente de sentimientos, ya que la historia es saber, conocimiento, pero también todo el conjunto de sentimientos, afectos, saberes, recuerdos, que congregan a un pueblo y lo hace parte de una comunidad.

“Somos venezolanos”, apuntó, “no solo porque nacimos en un territorio llamado Venezuela, sino porque compartimos, venimos de un lugar común, somos hijos e hijas de seres que compartieron estas tierras y que fueron en otros tiempos parte de este colectivo. Es la genética común en la memoria que nos congrega. Ahora, esa memoria, y un pueblo como colectivo, como individuo, puede ser vulnerada, convertida en pasto, en materia para legitimar sistemas de dominación internos y externos”.

Historia emancipadora

A juicio de Pedro Calzadilla, en Venezuela se implantó un sistema de interpretación de la historia que terminó disipando a la inmensa mayoría de nuestro pueblo, que lo excluyó del relato nacional y sin decir que no habían existido lo puso a figurar, en el mejor de los casos, como seguidores más o menos inertes o autómatas participantes de algunos proyectos de otras clases sociales o de algunos líderes o de proyectos histórico externos. De allí que el CNH nace para liberar la historia y avanzar en la emancipación del pueblo.

“Nuestro reto ha sido contar la historia con el tenor, la tesitura, el color de la piel, el brillo de los ojos de nuestro pueblo. Como dijo una vez Cristina Fernández de Kirchner, cada día más en América Latina los gobernantes se parecen más a sus pueblos”, expresa.

Para el historiador este vuelco dado a la historia ha sido una de las tareas del CNH, aunque en las actuales circunstancias, derivadas de la guerra económica, se pueda plantear como una cosa menor o se pueda tipificar la historia como una simple cuestión linda. Sin embargo, la historia está en el ama del pueblo, constituye un centro neurálgico. No es por casualidad que la historia debata sobre cuestiones políticas del presente y que los aparatos imperiales traten de eludirla.

“Incluso el propio presidente de los Estados Unidos Barack Obama, intentando un acercamiento con América Latina, dijo en una cumbre de mandatarios que no hablemos de historia, hablemos del futuro, porque la historia los condena”, expresa.

Acerca de los 11 años de la institución, afirmó que la labor y el saldo de trabajo en este tiempo se encuentra a la luz y expuesto al juicio del pueblo venezolano. Añadió que a instancias del presidente Nicolás Maduro se agregó la responsabilidad de incursionar en el terreno de la formación y la investigación con estudios de pre y posgrado.

Detalló que en estos años han desarrollado una tarea consistente de divulgación de una nueva visión de la historia, de difusión, de desarrollo de acciones de la memoria en la calle, acompañando al pueblo, a la Revolución Bolivariana, en las tareas del rescate de la memoria popular y sus luchas, del recordatorio de las efemérides, los acontecimientos bicentenarios, dándole entusiasmo, llenándolos de alma, de carne, de tendón, de piel, a toda esa programación desarrollada en estos 11 años.

En cuanto a la investigación, la enseñanza, la docencia, enfrentan el desafío de hacer del CNH una referencia, no solo nacional, sino latinoamericana. En ese sentido se ha abierto un conjunto de actividades que apuntan en esa dirección. Además, el CNH tiene a su cargo una serie de museos como el de Quíbor y el Ezequiel Zamora, en el estado Miranda.

El CNH, indica Calzadilla, tiene la obligación de articular el pensamiento historiográfico en Venezuela. Ese pensamiento, esa investigación, ese trabajo se hace por todas partes. Se hace en las universidades, en las instituciones educativas, en los centros de historia regional, en las organizaciones sociales complementarias. Las gran masa de investigadoras e investigadores está afuera del CNH y eso ocurre sin que la institución intervenga. Lo que se ha comenzando a hacer con el programa de estímulo a la investigación es apoyar y respaldar los proyectos, 40 en todos el país, que involucran a 80 investigadoras e investigadores.

Labor docente

Al referirse a la actividad docente del CNH, Calzadilla recordó que anteriormente en Venezuela únicamente se podía estudiar Historia en la Universidad Central de Venezuela y en el Instituto Pedagógico, donde se formaban los profesores y maestros, y desde hace unos 30 o 40 años en la Universidad de los Andes.

Actualmente las oportunidades para estudiar historia se han multiplicado considerablemente. El CNH, en alianza con universidades del país, ofrece oportunidades de estudio a estudiantes en la Unearte, en Caracas, en la UBV, en Maturín, estado Monagas, en la Universidad Politécnica Territorial Clever Ramírez de Mérida, en la Unerg para la zona central del país, en Calabozo, y en la Universidad Experimental Francisco de Miranda en Coro, estado Falcón.

“Esto es una novedad para el país. Por 50, 60, 70 años, fueron solamente el Instituto Pedagógico el que formaba a los maestros y a los profesores de educación media en Historia y la Escuela de Historia de la UCV, que ya tiene 60 años, y era el único sitio, hasta que apareció la ULA hace 30 o 40 años, y en el resto era muy reducido el campo. Hoy día se ha ampliado a otras áreas las posibilidades de estudiar una rama tan importante como esta, neurálgica, estratégica, no le quepa la menor duda para el país, como es la historia y todo lo que compete a la conciencia histórica de un pueblo”, apunta.

En Caracas, en Unearte, se inicia en octubre el nuevo periodo lectivo, con unos 40 o 50 jóvenes que cada año escogen la carrera de Historia.

“Hay que decirlo, ya que si no se dice no existen. Quien desee estudiar historia en Caracas tiene tres lugares: el Instituto Pedagógico de Caracas, para ser docente en historia, la UCV o puede estudiar en Unearte en el Programa Nacional de Formación en Historia que conduce el CNH conjuntamente con esa universidad. Ese programa de licenciatura llega a su quinto año”, informa.

Anunció, conjuntamente con el profesor Carlos Franco, que el programa de formación avanzada, maestría y doctorado también comienza su nuevo periodo.

Destacaron ambos como un caso singular, como nunca ha existido en la historia de Venezuela, y en América Latina, que 123 estudiantes, sumando las promociones en curso, participen en niveles de maestría y doctorado.

“Es una cantidad inmensa”, aseguró Calzadilla, “es una disciplina que históricamente tiene un interés muy pequeño, ha venido creciendo. Los más importantes maestros, doctores, de una larga y destacadísima trayectoria, son profesores en este programa. Pongo como ejemplo para mencionar a Mario Sanoja, Iraida Vargas, Omar Hurtado, el profesor Vladimir Acosta, José Marcial Ramón Guédez, Omar Galíndez, Carmen Bohorques, son profesores de larga trayectoria universitaria, la mayoría doctores y doctoras, acreditados por las universidad respectivas que se nutren”, sentenció.

Mencionó que como resultado de esta intensa actividad académica hay un arsenal de investigaciones que en breve comenzarán a salir de las aulas y los espacios del CNH. Al cabo de unos pocos años se sentirán los resultados de estos libros e investigaciones.

El próximo 27 de septiembre, en la sala de conciertos de la Unearte el profesor Mario Sanoja dictará una clase inaugural sobre la historia insurgente.

“La historia insurgente es la propuesta historiográfica que postula el CNH como alternativa de interpretación y de militancia en el campo de la revolución”, dice Calzadilla.

T/ Manuel Abrizo
F/ Gustavo Frisneda-Archivo CO
Caracas