El gigante chino reflota la Ruta de la Seda y apuesta a que “un mundo mejor es posible”

Propuesta de desarrollo, comercio y cooperación involucra a más de 70 países

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Con la Franja y la Ruta, lanzado en 2013, China ha propuesto un ambicioso programa de desarrollo del comercio, cooperación, inversiones en infraestructura y cultura, en un amplio corredor que incluye a países de Asia, Europa, África, Latinoamérica y el Caribe, desde la perspectiva del beneficio compartido.

La Franja y la Ruta es una iniciativa del presidente chino Xi Jinping lanzada entre septiembre y octubre de 2013, en la que propone un audaz programa de cooperación y desarrollo económico y social inspirado en la milenaria Ruta de la Seda, por la cual, desde antes de la era cristiana, se transportaban productos del imperio chino hacia Europa a través de Asia central. La iniciativa involucra a unos 70 países de Europa, Asia, África, Latinoamérica y el Caribe. Incluso Venezuela ha manifestado su interés en participar en este novedoso programa.

La Franja y la Ruta, o la nueva ruta de la seda del siglo XXI, propone conectar Europa, Asia del sur y oriental, Asia central, Medio Oriente, África, América Latina y el Caribe. Los 70 países que han dado su consentimiento cuentan con el 75 por ciento de las reservas energéticas conocidas del mundo, el 70 por ciento de la población mundial (casi cinco mil millones de personas) y estaría en capacidad de generar cerca del 55 por ciento del PIB mundial.

China ha destinado $ 124 mil millones para crear la nueva Ruta de la Seda.

Un abundante y copioso material sobre el tema, colgado en la web, detalla que en septiembre de 2013, el presidente Xi Jinping, durante un discurso en la Universidad de Nazarbayev, Kazajstán, propuso construir “la Franja Económica de la Ruta de la Seda” en sinergia con Asia Central. En octubre de ese mismo año, durante la Reunión Informal de Líderes de APEC, Xi Jinping planteó construir la “Ruta de la Seda Marítima del siglo XXI” con los países de la Asean.

En un estudio titulado “La Franja y la Ruta, oportunidad para América Latina y búsqueda de un desarrollo sostenible”, los expertos Esteban Zottele y Wei Qian sostienen que la Franja y la Ruta es un producto de herencia y extensión de la Ruta de la Seda antigua, pero el desarrollo y los cambios de los tiempos le dieron un nuevo significado, puesto que esta iniciativa no solo se centra en la economía, sino también en una mayor comunicación e intercambio, enfoques reflejados en todos los aspectos tales como la política, la economía y la cultura. Por tanto, este producto, que se ajusta a la tendencia y la encabeza de acuerdo con la actualidad va en busca de la paz, el desarrollo, la cooperación y el ganar ganar.

Bajo estas circunstancias, este nuevo proyecto servirá para promover una cooperación más amplia a lo largo de los países y regiones que sean parte de la iniciativa y desarrollará el potencial de sus reservas, promoviendo el desarrollo económico rápido y asegurando el estatus internacional de las áreas mencionadas.

En pocos años, el proyecto ha pasado a la acción: China ha firmado una serie de acuerdos de cooperación con los países a lo largo de la Franja y la Ruta, al tiempo que proporciona apoyo financiero a dichos países para la construcción de la infraestructura nacional, el desarrollo de recursos y la cooperación industrial, entre otros.

La Franja y la Ruta incluye la construcción de una vía de transporte de carga interconectada, la facilitación en materia de aduanas, un transporte multimodal que une todas las carreteras de la región, la mejora de la infraestructura portuaria y de las instalaciones de transporte aéreo civil, así como la conectividad de las redes energéticas transfronterizas y la densificación de redes de fibra óptica (la Ruta de la Seda Informática).

La Franja y la Ruta se ha convertido en el corredor económico más largo del mundo, que encadena a 67 países y cubre a casi 5.000 millones de personas y regiones ponderando tres aspectos principalesla infraestructura, la velocidad de la industria y el bienestar de vida de la población. Esta iniciativa servirá para fortalecer la comunicación política, el intercambio de tráfico, asegurar la fluidez del comercio, el fortalecimiento de la moneda en circulación y promover la interacción humana.

La ruta en Latinoamérica

Entre los antecedentes del resurgimiento de la Ruta de la Seda se cita a Deng Xiaoping, quien en 1979, en diálogo con Frank Gibney, vicepresidente del Comité de Redacción de la Enciclopedia Británica, afirmó que puede existir mercado en el socialismo, ya que el mercado no solo pertenece al capitalismo, sino que el socialismo también puede desarrollarlo. Luego, en su visita al sur de China a principios de 1992, el líder señaló que tanto el mercado como la planificación son medios económicos.

Hasta principios del siglo XIX, China había sido potencia económica debido al impacto de sus productos y su capacidad productiva en la economía mundial. Se recuerda que en

1850 y desde hacía varios siglos, China, tanto por su economía como por el nivel de avance y desarrollo de su sociedad, era la primera potencia mundial. En este marco, uno de los puntos de influencia más grande fue la Ruta de la Seda, que se desarrolló por más de 1.500 años conectándolo con parte de Asia y Europa. Otro fue lo que Quan Yi y Lin Shang llaman la “Ruta de la Seda marítima”, que desarrolló el comercio entre China y América Latina entre 1535 y 1815. Dicha ruta se constituyó como un gran mercado que atravesó varios países y que generó intercambio entre regiones muy diversas.

En enero de este año, en Santiago de Chile se suscribió la declaración especial sobre la iniciativa de la Ruta de la Seda en el marco de la II Reunión Ministerial del Foro China-Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños).

El ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, dijo en la reunión: «La Nueva Ruta de la Seda no tiene nada que ver con la competición geopolítica.

T/ Manuel Abrizo
F/ Archivo CO
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