El IVA: hijo neoliberal de la Apertura Petrolera

TINTA CRUDA

ALFREDO CARQUEZ SAAVEDRA

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El Impuesto al Valor Agregado es hijo legítimo de la Apertura Petrolera, uno de los últimos frutos de la IV República y de los gobiernos de los presidentes Carlos Andrés Pérez, Andrés J Velazquez y Rafael Caldera.

El IVA es un impuesto regresivo, es decir, es una herramienta tributaria diseñada para recaudar ingresos que, al impactar el consumo, terminar por afectar el bolsillo de los que menos tienen, puesto que encarece el valor de los bienes y servicios. Al rico le pesa poco, al resto de los ciudadanos, mucho.

Por su puesto que para el Fisco Nacional representa un flujo de ingresos continuo, pero también es verdad que su mantenimiento resulta de alto costo por todo el aparataje administrativo, tecnológico y burocrático que se tuvo que crear y que, ahora se tiene que sostener, para poder concretar su cobranza. Otra de sus características es bastante significativa especialmente en estos tiempos: su existencia impacta la inflación, la velocidad con la que aumentan los precios.

Cuando producto de la crisis económica de entre finales de los años 80 y comienzos de los 90 del siglo pasado Venezuela se vio obligada a recurrir a la peligrosa receta del Fondo Monetario Internacional, fue la creación y aplicación del IVA una de las tantas componentes de la llamada Reforma Fiscal.

En ese período arriba señalado Petróleos de Venezuela S.A. conspiró en contra del Estado nacional, promoviendo la denominada política petrolera volumétrica, estrategia en la que se privilegiaba el aumento de la producción del barril, dejando a un lado la defensa del valor del crudo.

En ese momento parecían temas separados pero con la distancia de los años los hechos pueden analizarse mejor: la caída de los ingresos provenientes de las exportaciones petroleras brindaban argumentos poderosos para la aplicación de medidas alternativas como la mencionada.

El plan B, que murió si ver la luz tras la llegada de Hugo Chávez al Palacio de Miraflores, era algo así como lo que se resume tras los dos puntos siguientes: creación del IVA, reducción del Impuesto sobre la Renta para el sector empresarial y eliminación progresiva de la regalía petrolera. La renta originada de las exportaciones de hidrocarburos iba a ser destinada a las inversiones propias de PDVSA, como por ejemplo, la red de Citgo Petroleum Corporation, en detrimento del pueblo venezolano.

¿Por qué mantener el IVA? Por qué no reducirlo o mejor aún, eliminarlo, y buscar los ingresos más baratos y directos a través del consumo de la gasolina? Que se cobre un tributo al combustible en las refinerías. Esto significaría menos aparataje, mayor transparencia y seguridad en cuanto a los recursos que necesita el Estado para su funcionamiento.

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Caracas