Uno de los problemas de la oposición es el exceso de cerebros. Entre estos, la peor peste son los “analistas”, sabios en marketing, encuestas y telenovelas: Seijas, Yépez, Seguía, León. Su defecto es que pasan de la frialdad del método a la excitación de la entrega. Lo hicieron con Rosales, Capriles, Machado, López. Su último deslumbramiento es Guaidó, su diamante en bruto, su atracción fatal. En él ven una mezcla de Churchill con Nacho y de Betancourt con Leonardo DiCaprio. ¡Paso!
Earle Herrera
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