Aunque no pudo comprar la gélida Groenlandia, Trump podría hacerse con la cuarta parte del cálido Brasil.
Este país discute un proyecto de ley que permite la venta de tierras a extranjeros, de hasta el 25% de su territorio (unos 2.120.000 km2).
La dictadura militar ayer y Bolsonaro hoy, impulsan la enajenación parcial de la soberanía,
si es que esta se puede tasajear y vender al detal sin comprometerla toda.
Algo así como entregar solo un poquito de la honra, el honor, la dignidad o la libertad.
Bolsonaro cree que sí se puede y se frota las manos frente al mapa.