Para el personal del hospital Militar, Gerardo Venegas era un paciente anónimo. Fue, sin embargo, maestro voluntario de cadetes de la FANB. Quijote del ajedrez, andaba por los caminos enseñando su ciencia y su arte. Por El Valle lo vieron unos cadetes, quienes le pidieron que los entrenara para sus próximos juegos. Harían una “vaca” para pagarle. Rechazó todo pago y aceptó entrenarlos. Antier murió en el «Carlos Arvelo». Nadie sabía que era un maestro, ad honorem, de cadetes.
El Kiosco de Earle: Cadetes y maestro
