No son catires como Tarzán, blancos como Superman, ni albinos como Robin.
Tampoco usan capa. Los enfermos de 22 naciones del planeta, azotados
por un enemigo invisible, comprueban que los héroes (sin hiper ni super) que arriesgan
sus vidas para salvarlos del Covid-19 son mestizos, mulatos, morenos
y negros (si usted lo prefiere, afrodescendientes).
Pero no es el momento para que los moribundos se anden
preguntando qué pasó con sus estereotipados héroes.
Los angelitos que los atienden son como los invocara Andrés Eloy Blanco.
Los hermanos cubanos llegan a tender su mano franca donde antes estuvo el imperio romano.
Y más allá de ese imperio, por todo el orbe.
Después de cada misión, regresan a su bloqueada isla,
cantando.
El kiosco de Earle: Cuba sin capa
