El kiosco de Earle: Diente del disidente

Se llama Carlos Herrera. 32 años. Su error fue creer que su odio hacia el “régimen”
superaba al odio ciego de lo que él llama “oposición colaboracionista”.
El día de la fallida marcha opositora llegó con un cartón que decía: “Guaidó estafador”.
La turba “decente” se le abalanzó. El agredido intolerante no comprendía tanta intolerancia.
Unos dicen que le dieron estrujones; otros, que fue una “coñaza”.
Eufórica, una escuálida gritaba con rima guarimbera: “¡Le sacamos un diente al disidente!”.
Ya lo dirá el odontólogo. Carlos Herrera aprendió que debe ejercitar más su odio,
pues fue brutalmente superado por sus pares.

earlejh@hotmail.com
Caracas