El Kiosco de Earle: fuga y arruga

El fugitivo no alcanza
el anhelado aplauso de los suyos.
Según su excompañero Ramón José
Medina, se hizo meter preso
para convertirse en “líder”.
Nada. El carisma le es esquivo.
Otra día madrugó en la autopista
megafoneando la toma de una base
aérea a la que nunca llegó.
Ese golpe del 30-A resultó
un platanazo. La noticia fue
su carrera hasta las embajadas
de Chile-España. Ahora se pira,
sin alcanzar la admiración de Charles
Bronson en “El gran escape”.
Como noticia, la exhumación
de José Gregorio se le atravesó
en su gelatinoso camino a la “fama”.
Competir con el santo es una pésima
idea y peor asesoría de sus tanques
o pocillos de pensamiento. Una cosa
es pelearse el cetro de la simpatía con
Allup, Ledezma o la Machado, y otra,
disputarle arrastre al beato de Isnotú.
Francisco Franco no hace milagros.

Earle Herrera
earlejh@hotmail.com
Caracas