El exembajador gringo en Venezuela, William Brownfield, advertía que EEUU
no se embarcaba en una guerra de invasión, si los que la claman
no participan. Ponía el ejemplo de Libia y Siria, con grupos armados
internos que abrieron las puertas a la OTAN.
Sin duda, Brownfield pide demasiado, o sea, que los opositores que están en Madrid (con nacionalidad incluida),
Washington y Miami (con la chequera de Citgo), Bogotá (con la bolsa del concierto y el cucutazo),
renuncien a esa “buona vita”, se vistan de verde oliva y vengan a fajarse con los colectivos.
¡Qué te pasa, brother!, mandibuleó una sifrina mayor en Coral Gables.