Earle Herrera
Creo en el Aquiles
que cantó a Isadora Duncan
suspendida al éter de sus pies
Que regó su leyenda
de flor liberadora
En las siembras cantadas
del gran Tito Curet
En la vida creo en medio de la flora
Del poeta de tortuguitas y ciempiés
Que con Rainer Maria Rilke
enamora
Y en una rosa de amor
muere después
En el azulejo que abrió
los ventanales
De la vieja Caracas que se fue
Con sus tranvías, faroles y panales
De miel de otras colmenas señoriales
Cuando todavía cantaba el cristofué
En esos barrios de Aquiles
sin cristaleso.