El Papa, al rezar por la paz en Venezuela, invoca a la Virgen de Coromoto.
En Lara, el arzobispo de Barquisimeto, incorpora a la Divina Pastora a la guarimba y la pone a bendecir encapuchados.
La respuesta opositora a la oración de Francisco I es llamar a más trancazos y quemazones.
Andrés Eloy Blanco le cantó al niño que tiene San Antonio en los brazos y al que tiene la Coromoto en las piernas.
La derecha, que encapucha a los menores, no oye ni al poeta ni al Pontífice.