El kiosco de Earle: La mano y el cisne

A la mano invisible del mercado la hizo visible un invisible virus.
Lo bautizaron “cisne negro” porque el pánico impele a nombrar
lo desconocido para tranquilizarse.
Es como silbar en lo oscuro, que dirían lo llaneros.
Oírse a uno mismo cuando nada se oye engaña al miedo.
Los gobiernos más neoliberales se vuelven proteccionistas: bajan las tasas
de interés, eliminan los impuestos, otorgan créditos blandos y protegen y protegen.
Pero nada detiene la estampida.
Al cisne lírico de Rubén Darío bastaba con torcerle el cuello que lo interrogaba.
Al “cisne negro” neoliberal no se le puede estrangular sin descoyuntar la tembleque mano
invisible del aterrado mercado.

earlejh@hotmail.com
Caracas