Un crítico de arte dijo
que Colombia es el país
de las hipérboles.
Ponía de ejemplo las voluminosas
figuras de Botero y las exageraciones
macondianas de García Márquez.
La cosa preocupa cuando pasa del mundo del arte al bélico,
con las siete bases militares
gringas en su suelo y el ingreso
de ese país a la OTAN.
Frente a tal “anillo estratégico”
queda Venezuela y el golfo sobre
el que la oligarquía colombiana
reclama derechos. Solo los diputados
de la MUD miran para otro lado.