Formé parte de la comisión que investigó el intento de magnicidio contra el presidente Chávez. La presidía el entonces diputado Mario Isea. La presidenta de la Asamblea Nacional de aquellos días era la compatriota Cilia Flores, hoy primera combatiente. Me impresionó que quien ayer ordenara la investigación, hoy estuviera en la línea de fuego de otro magnicidio, esta vez contra nuestro presidente Nicolás Maduro, su esposo y camarada. Detrás del crimen, la misma mano y el mismo homicida.