El kiosco de Earle: Messi rojito

Así quedó el astro argentino, no por bolivariano, sino por la
tarjeta roja que lo irradió de la Copa América y cuidado si del próximo
mundial. Esto último, por acusar a la impoluta Conmebol
de una infamia gringa: corrupción. Me recuerda el pasaje
de la obra de Fernando de Rojas, La Celestina, donde dice que al pasar
la Trotaconventos, “hasta las piedras del campo le gritaban: ¡Puta vieja!”.
Con lo mismo que dijo Messi, Estados Unidos sentó a media FIFA
en el banquillo y, con ese argumento, logró la sede de la Copa América
Centenario 2016. ¡La corrupción es un balón que da para todo!

earlejh@hotmail.com
Caracas