200 ONG se pusieron a jipiar tan pronto pisó tierra en Maiquetía el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan.
“Solo por apoyarlo a usted ‒le gimieron-, el rrrrrégimen nos persigue y nos da de coscorrón, pescozones y lepes”.
El gimoteo en desafinado coro abrumó al agotado funcionario, quien solo quería bañarse y clavarse un pabellón con baranda, según le recomendaron sus antepasados.
Al mingoneo se sumaron las denuncias por las vacunas, la sequía en Roblecito, los kioscos en la Troncal 9, las sardinas de Yaguaraparo, el alumbrado de Puerto Oscuro y otras escaseces incluidas como “crímenes de lesa humanidad”.
El alto funcionario, atosigado, exigió que no le politizaran su pabellón.