El kiosco de Earle: Muro del virus

El muro es invisible, pero está allí, inexpugnable.
Lo levantó “algo” microscópico ante la primera potencia del planeta, cuyos habitantes no pueden
traspasarlo si intentan huir hacia México: la “indiada” no los deja.
No hay mano junto al muro, como en el cuento de Meneses, ni la maldita
pared que atormentaba al ruiseñor Pirela, porque el muro no es ficción ni
lánguida rock-ola: es dura realidad, como una muralla china sin turistas.
Repta los Alpes, los Himalaya, los Andes, cruza los océanos y envuelve la tierra.
Es ubicuo, como un concierto de grillos. Puede estar en los glóbulos
quizás rojos del mendigo o en los azules el príncipe de Inglaterra.
Lo levanta un virus, lo fortifica el miedo.

earlejh@hotmail.com
Caracas