En México cada 4 días es asesinado un candidato,
pero su presidente vive preocupado por Venezuela. En Colombia pasan del centenar los luchadores
sociales abatidos desde que se firmó el acuerdo de paz,
pero Santos “sufre” por los derechos humanos
en Venezuela. En Brasil, es asesinada la concejala Marielle
Franco, pero el usurpador Temer llama a restituir la democracia en Venezuela.
En Perú, su presidente está a las puertas de la cárcel por corrupto,
pero da clases de moral a Venezuela.
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