La palabra oro alumbra o
ensombrece la realidad
venezolana de los últimos
años. La alumbra en Tokio
y la oscurece en Londres.
Inglaterra nunca podrá
zafarse de sus instintos
corsarios. El último asalto
pirata de Walter Raleigh y
Francis Drake fue contra
el oro venezolano. Llevaban
en sus naves de abordaje a
un payaso autoproclamado
impuesto por Washington,
quien pagó una millonada
(dinero venezolano) para
que asaltarán al país. El
candado lo cerraban el
bloqueo y las sanciones
ilegales de EEUU, país-hijo
natural de Raleigh y Drake.
Pero por la vía olímpica una
Generación de Oro tuvo la
más destacada actuación
de la Patria en su historia
deportiva. Trajeron oro,
plata y bronce, en medio de
un bloqueo criminal. Algo
más que simbólico. Las
reservas del país no están en
los bancos.
El Kiosco de Earle: Oro, Londres, Tokio
