No llovió café sino oro
en Cochabamba.
157 medallas, 43 de otro,
59 de plata y 55 de bronce,
conquistó la juventud
venezolana
en la última edición de los
juegos suramericanos. Lograrlo
en las alturas de Bolivia
es como tomar el cielo por
asalto, algo que intentó
en ese altiplano
el Guerrillero Heroico.
A ellas y ellos, protagonistas
de la hazaña, los bautizó
“Generación de Oro” un poeta
que de niño vendió arañas
entre sueños y suspiros.
La juventud honró el bautizo
de su arañero.
El Kiosco de Earle: Oro y arañas
