El kiosco de Earle: Prontuario precoz

El alumno Arria Diego (sección B, N° 25), en su pubertad vendió el
autobús del colegio donde estudiaba. Al verlo accidentado varios días,
lo negoció con un transportista italiano. Nunca se supo cómo
lo sacaron del patio. La reseña de esas primeras andanzas la hizo
“Reventón”, revista que irrumpió en los ‘70. Por la cárcel o el exilio
de sus redactores, asumí su jefatura de redacción, a mis 22 años.
Arria nunca perdería sus malas mañas ni su debilidad
por los autobuses. Bajo el gobierno de Pérez I, estafaría al Estado
con unos marca Ikarus y Leyland, estos últimos de piso de cartón
que provocaron la muerte, todavía impune, de un niño.
(To be continued).

earlejh@hotmail.com
Caracas