Hago mi cola en el Seniat-Conferry en Punta de Piedra. Me siguen cuatro chicos, caraqueños por su hablar. Conversan de televisión, casting, actores y programas. Uno comenta: “Eso lo dijo César Miguel en la mañana”. Otro lo ataja: “No wuon, ya yo no oigo a César Miguel… para no salir deprimido de la casa”. Medito sobre el hecho de una emisora y un locutor que deprimen a los jóvenes de su audiencia natural. Más significativo es que los chicos dieron con la causa de su depresión.
El Kiosco de Earle: Radio depresiva
