Cuando el Contingente Henry Reeve de médicos cubanos es postulado desde todo el planeta
para el Premio Nobel de la Paz, EEUU incluye a Cuba en su lista (la suya) de países
que “promocionan el terrorismo”.
Los batas blancas de la isla llevan su ciencia y asistencia hasta
el último rincón del planeta, incluidos países del llamado
“primer mundo” azotados por la Covid-19, como Italia.
Cuba ofrece además su vacuna “Soberana 01” a todos los desasistidos de la tierra,
imposibilitados de acceder –ni en sueño- a las mercantilizadas por las transnacionales.
“Ni tantito así”, decía un médico llamado Ernesto Che Guevara sobre el imperialismo.
Hasta cinco años antes de su muerte, EEUU mantuvo a Nelson Mandela en la lista
de terroristas globales, un honroso compañero de ruta para Cuba.
El kiosco de Earle: Terrorismo humanitario
