Llegó Internet a casa después
de dos semanas largas sin poder
enviar mis columnas a Ciudad
Caracas, Correo del Orinoco
y Últimas Noticias. El gerente Luis
Castillo, de Cantv, se ha vuelto un
paño digital de lágrimas pero, como
dice una sobrina con sifrinismo,
“ay, tío eso es surrealista, o sea,
kafkiano”. Ella no sabe lo que dice
ni Cantv tampoco. Antes de que se
caiga la línea, le hago llegar mi
solidaridad al bloqueado pueblo
de Cuba. Sus vacunas Abdala
y Soberana son demasiado para
un imperio que rompe récord de
muertes cada día por la Covid-19.
La mano detrás de los mercenarios
magnicidas de Haiti también
exige desviar la atención. En la mira
imperial está Venezuela. Cuento 670
caracteres, los envío y sonrío porque
sé que le gane esta a Internet
y a la empresa servidora. Por ahora.
El Kiosco de Earle: Va por Cuba
