El kiosco de Earle: Vacuna sancionada

Ningún imperio desaparece con dignidad, no es su naturaleza.
La decadencia es una cadena de excesos, disparates y patetismos.
En su obsesión sancionadora, Estados Unidos se supera cada segundo.
Por habérsele adelantado a sus transnacionales farmacéuticas,
decidió sancionar al instituto ruso que participó en el desarrollo
de la vacuna contra la Covid-19.
Estas medidas tienen brazo largo y alcanzan a los países
o empresas que transporten, distribuyan o compren el antídoto.
El mejor aliado del coronavirus es el imperio. Los gobiernos títeres
tienen que escoger entre dejar que a sus pueblos los maten las
sanciones o los mate la pandemia.
Prefieren lo último, antes que enojar al amo.

earlejh@hotmail.com
Caracas