Vi a Buffalo Bill en el asalto al Congreso de EEUU, pero no a Pablo Medina.
Nuestra derecha es decepcionante.
Allí también estaba Batman, con su capa y todo, pero Franceschi brillaba por su ausencia.
La Angola y su gremio se escudaron en la Covid-19 para no salir en defensa del presidente
que los arropó y algo más.
Trump se sentía frustrado, triste, con lo que denominó “La Legión del Ávila” o el “Batallón del Arepazo”.
Nada qué ver, lo dejaron en la estacada.
Días antes, toda Westonzuela andaba marchando, con gorritas, pitos y bandanas, en apoyo al magnate
víctima del oprobioso sistema.
Pero cuando la cosa pasó de pic-nic a los rolos eléctricos y el gas pimienta, le dejaron el pelero.
CNN reseñó que los vieron haciendo cola frente al comando de Biden.
Cuando llegaron, ya Guaidó estaba allí.
El kiosco de Earle: Venezolanos con Trump
