El kiosco de Earle: Walter Raleigh en el Guaire

Por 1618, el sanguinario pirata Walter Raleigh, convertido en Sir por sus crímenes, entró por las bocas
del Orinoco, se autoproclamó dueño del río, asaltó Santo Tomé de Guayana,
degolló pobladores e incendió la ciudad.
Venía en busca del oro de El Dorado. Hoy, cuatro siglos después,
Gran Bretaña viene por lo mismo, pero no necesita correr los riesgos de su antiguo choro
para robarse el oro de Venezuela.
Ahora los países ricos reconocen a cualquier mequetrefe que se
autoproclame presidente o rey de una nación y se quedan con las riquezas de esta.
Alguno de sus jueces “legaliza” el asalto. Claro, a veces la piratería no tiene un “happy end”.
Walter Raleigh terminó decapitado por sus antiguos protectores.
Peor les fue a sus lacayos.

earlejh@hotmail.com
Caracas