Mi admirado dibujante El Tano me observa que la ley debe denominarse de patrimonio espiritual y no “inmaterial”.
Entiendo su motivación y la comparto, pero ocurre que Venezuela aprobó la Convención de Patrimonio Inmaterial de la ONU.
Las convenciones entre países son precisamente para adoptar acuerdos mínimos que incluyen vocabulario, definiciones, conceptos.
Si mañana vamos a la Unesco a solicitar que alguna de nuestras manifestaciones culturales sea declarada “Patrimonio Espiritual de la Humanidad”, nos dirán que ese reconocimiento no existe en esa instancia multilateral.
Y te lo digo yo, querido Tano, que tengo, según mi tía Elenita, facultades innatas de medium.